Recuerdo cuando dije que este invierno

sería menos frío que el anterior

y aquí estoy congelándome*

La repetición de los actos generan un sin fin de rutinarios procesos donde algunos se vuelven predecibles.

La gran excepción a la sentencia escrita es en el ambiente de la naturaleza. Pero la cúspide de lo impredecible es en la patagonia.

No hay caso… Hace un mes estábamos hablando de lo rápida, linda, y segura que es Ultra Paine. Con una meteorología amable, pluviometrías poco temibles y vientos casi inexistentes con brisas suaves y exquisitas. A pesar que todo decimos que la “patagonia es la patagonia”. Haber llevado 4 versiones en el cuerpo de la carrera me hace sentir como local absoluto.

Hace años que los septiembres en Magallanes estaban carentes de agravios climatológicos. Me sentía “viejo” al decir que yo esquiaba cuando niño en Punta Arenas hasta finales del mes de la patria. Pero ya saben: La patagonia es la patagonia.

Chile es un país donde su superficie es 63% montañas. Mucho está inexplorado y eso, especialmente en la patagonia. Ultra Paine es de las mejores carreras del calendario chileno. Eso por haberse plantado en lo obvio, terrenos en general amables contorneando la cordillera Paine. Paraíso famoso por ser una de las maravillas del mundo.

Con un cuadro de sinusitis grave que me dejó con antibióticos, hace muchos meses no tenía tanto miedo de no terminar una carrera y que el dolor de cabeza fuera tanto que tendría un DNF. La única carrera que tenía contemplada en el año en mis sueños era Ultra Paine y llevaba uno de mis peores estados físicos.
A pesar de que debía quedarme en casa reposando, la montaña estaba tan tentadora que debí salir de ski de randonée a vivirla. Por el día número dos de esquí, decido imaginar que voy volando por los senderos en el día de la carrera, que a pesar de todo llegaba al final y en un tiempo aceptable. Estoy seguro que hasta soñé con la gloria de terminar la carrera. Mi quimera era terminar los 80 K no sufriendo en exceso y poder pisar fuerte y firme los senderos de una de las carreras más lindas de Chile.

La noche anterior mis nervios eran descontrolados. Casi tiritaba de miedo por estar tan cerca del fracaso, era absolutamente fascinante mi sentir que me tenía como perro que quería salir de caza de conejos. La meteorología mejoraba consistentemente, pero la nieve de las alturas (apenas sobre los 400 metros sobre el nivel del mar) se mostraba firme y escarchada por las nubes reinantes.

 

La certeza era que la carrera ocurriría y que sería la versión más mojada de todas las Ultra Paine ocurridas.

Por primera vez empecé a respirar en pleno por mi nariz, sin sentir presión en la cien. Son las 6 de la mañana y voy corriendo desde Cerro Castillo con varios muchachos, vamos conversando y me siento en dicha de por fin estar agitando las piernas. Salimos del camino vehicular para entrar a los senderos.

A continuación cuento con detalle lo que fue para mí una de las épicas de los 80 K:

Respirar adentro y hondo

Alegrías del corazón**

La zona de nieve donde las condiciones se pusieron desafiantes

En un ascenso de un casi kilómetro vertical, apenas llegamos a los 870 metros sobre el nivel del mar. Algunas partes hasta tenían nieve arriba de la rodilla. Todo era nieve cartón en promedio hasta la media de la canilla. El resultado fue que dejé un vía crucis de sangre a quienes siguieron de mis pasos. Yo sólo sentía dolor, ardor e hinchazón en las canillas. Tuve los dedos congelados pero apenas los podía mover cuando vino un plateau que el año pasado corrimos a máxima intensidad. Hoy era la misma zona a saltos donde se inicia un ruido de romper la capa de hielo para hundirse en la nieve cristalizada de abajo y sufrir con el frío reinante. La zona de montaña a menos de mil metros de altura estaba derechamente hostil, pero con una vista que muchos se conmoverían en una balada de frenesí para los que elegimos la distancia mayor de la fecha.

…El olor se mete en la ventana

Son flores y mis animales, que me dicen

Bienvenido al Sur***

La bajada es larga y constante, enlentecida por la nieve presente. Bajada de la montaña hostil, llego a las huellas de vehículos, donde espera un puesto de control con mucha comida y escalo en una zona de pampas y ahí, en el peladero máximo, verde por la época, vislumbro una imagen a apenas 6 metros de mi: Un par de ovejas que parieron solo al amanecer un par de corderitos que apenas podían caminar. Me salí del sendero para alejarme y aliviarles el susto. Las ovejas rodearon a sus crías y las últimas tenían el color blanco de las nieves que había surcado hace pocos minutos. La emoción llena mi pecho y mis ojos se ponen vidriosos. Una imagen tan simple, tan básica, pero de la vida tan intensa contenida en la savia misma de esos corderitos en una carrera en la patagonia con las Torres del Paine de fondo fue para mi emocionante. Paré apenas un par de segundos para grabar el momento y seguí corriendo. Ese instante y la meta eran ya, sin dudas la carrera del año para mi.

En la zona plana de la carrera todo se convirtió en una vega con una alfombra de pasto con mucha agua en sus superficies: Agua fresca y cristalina donde siempre hay pastos perfectos para los bovinos, hoy era el reino de los patos, aves y gansos en el apogeo de sus semanas reproductivas. Lo que vi en años anteriores hoy era un lugar de un silencio total, sin viento y poseído por especies de zonas húmedas. Algunas loicas cantando con esa bella entonación y un toro negro juvenil que me miró pasar no entendiendo nada de la escena.

Sin embargo, la tierra de la patagonia es muy rica, tanto que absorbe el agua muy rápido. Zonas que predije atestadas de agua estaban bastante secas, pero otras más bajas estaban con un barro licuoso no pegajoso, lo que al menos la hacía más rápida y menos frustrante que cuando se pega a la suela de las zapatillas.

Describir el resto de la ruta me parece banal. En general sí puedo decir que es una carrera bella, rápida, segura pero a la vez exigente. Que es con certeza absoluta una de los mejores eventos de trail running del país. Tanto es así que convocó a 26 países del globo. Y quién los podría culpar, si todos quieren correr por senderos rápidos y lindos mientras se contempla toda la cordillera Paine para terminar con vista al glaciar Grey a los pies del Hotel Serrano empotrado en el río del mismo nombre, mítico por la pesca de salmones de sobre los 12 Kilos.

Nunca pensé que justo este invierno

Sería el más frío que he visto pasar

Yo no sirvo para amar***

La repetición de actos generan la predicción de resultados, pero como dije, en la naturaleza, la repetición no garantiza muchas cosas, salvo que mientras más te metes en ella, más experiencias acumulas y puedes estar mejor preparado, pero pocas garantías se pueden entregar de lo que pasará mañana.

Tito Nazar llegando a los últimos 15 kilómetros antes de la meta (Foto Nexus.run) y llevarse la general

Ultra Paine fue rápida de nuevo, pero no como sus primaveras previas. Entregó unas vistas de ensueño donde el invierno se estiró más que muchos años anteriores. Nos regaló montañas de contrastes de mármol níveo y roca sedimentaria. Nos regaló pasturas inundadas de agua fresca cristalina, nieve cartón filosa, y fauna más abundante de lo que antes he visto.

Y es que esa es la garantía de la repetición. A veces uno sabe a lo que va y lo que espera, pero el factor sorpresa, ese detonante, el que cambia tu vida, el que te conmueve y te graba en la memoria un momento eterno, se logra por elegir estar en ese lugar a esa hora. De ahí el valor a los que vinieron a esta versión de Ultra Paine 2018. Vieron la cara de un evento conocido y consolidado, pero con un maquillaje, ropas y personalidades totalmente distintas. Vimos al mismo personaje pero en una faceta oculta, atractiva y sorprendente, algo más agresiva quizá, pero para compensar la productora hizo la mejor logística de todas sus anteriores versiones.

Respirar adentro y hondo

Alegrías del corazón****

Amigos en las carreras: Tito Nazar (quien escribe) ganador 80 K, Felipe Bishara ganador de los 14 K, Carlos Millán top 10 80 K, J.M de la Fuente 2º de los 80 y Esteban Marín segundo en los 50 K. Foto RECASUR RENT A CAR

Entonces, ¿Qué es Ultra Paine?

Chile es un país donde su superficie es 63% montañas. Mucho está inexplorado y eso, especialmente en la patagonia. Ultra Paine es de las mejores carreras del calendario chileno. Eso por haberse plantado en lo obvio, terrenos en general amables contorneando la cordillera Paine. Paraíso famoso por ser una de las maravillas del mundo.

Veo a Ultra Paine como un trail running ideal: distancias familiares, distancias intermedias y desafiantes cuando entras en los ultras. Ultra Paine ha de ser una de las épicas del calendario donde sirven para llevar a la familia a jugar y conocer, pero a los más rudos les sirve para aclimatación para la bestia de todas las carreras del país: Ultra Fiord.

*,**,***,**** : Letras de “Los Prisioneros” de las canciones “Paramar” y “Tren al Sur”.

  • Agradecimientos especiales a Karina Amado, que me ayudó a la nutrición que me dio no solo un mejor rendimiento de carrera, sino que me hizo llevar un mejor ánimo y predisposición a todo lo que pasó.
  • A Raúl Aliaga que me ha hecho entender la importancia de tener un kinesiólogo  de cabecera para andar más rápido por las montañas.
  • A KMP (Kinesiología y Medicina Preventiva) por hoy sentirlos como una marca de apoyo familiar. Es un gusto ir a verlos.
  • A Salomon Chile, por apoyarme a mi estilo y dejarme ser tal cual soy, sin imponerme barreras.