Gracias por dedicar tiempo a la comunidad de ultra distancia.
Rodrigo Rojo es conocido en el mundo del Ultra Ciclismo, de perfil bajo, humilde, alegre y bestialmente fuerte, termina en posición 3 en la general del Across Andes y primero en la categoría individual, detrás de la dupla Tagle-Errázuriz. En esa posición todo el tiempo reinó en el podio con velocidades promedio impresionantes, surcando cuestas con sudor, polvo y sonrisas, Rodrigo es un ejemplo inspirador que merece análisis por horas.
Acá la entrevista a un hombre que nos enseña que no importa el qué, con ganas y determinación todo es posible.
Rodrigo, eres un tipo con algo más de 50 años. No eres de la nueva semilla en el país de Chile, sin embargo, no estás dando una cátedra magistral de cómo se hace el Ultra Ciclismo. Eres además hasta ahora el mejor resultado chilenos en las carreras de Inca Divide.
Podrías contarnos quién es Rodrigo Rojo, qué experiencias deportivas has acumulado en tu vida y algunos de los hitos que para ti son los más valiosos en éstas prácticas que has ejecutado.
Es una historia larguísima y para mí apasionante, pero la intentaré resumir.
- En 1983 hice ida y vuelta a Rancagua en una bici de paseo. Ahí me di cuenta que era bueno para esto.
- En 1987 hice mi primer cicloaventura de varios días, ida y vuelta a Mendoza en cinco días.
- 1991, fue mi última carrera en ciclismo federado. Me caí y me fracturé el codo. Quedé bien, pero entendí que por mi profesión de Kinesiólogo no podía arriesgar mi herramienta de trabajo nuevamente.
- Me cambié al andinismo, y junto a un grupo de amigos hacíamos carreras en los cerros y montañas. En 1999 organicé los dos primeros Skyrunner en Chile, al Pintor y al Leonera Por eso se me considero uno de los pioneros históricos de lo que actualmente se conoce como trail running
- En Enero de 2000 subí el Aconcagua, también con un estilo rápido.
- Seguí alternando ciclismo y montañismo, pero en forma “moderada”. Haciendo viajes por dos dìas, por ejemplo, La Serena o Mendoza.
- En 2014 tuve unas lesiones muy graves en mis rodillas, me operaron y quedé peor. Me operaron nuevamente ambas y tardé casi un año en recuperarme. Me hice tratamiento kinésico yo mismo. Cuando fui recuperando mi condición empecé a hacer viajes como forma de agradecer a la vida esa segunda oportunidad. En sucesivos viajes he recorrido casi todo Chile, después crucé Argentina, Uruguay, Perú hasta Lima y llegué a las fronteras de Bolivia y Brasil. Siempre sólo, siempre rápido y con mínimo peso, como haciendo una contrareloj.
- Sólo este año supe de Bikingman e Inca Divide. Sentí que al fin encontraba gente con gustos similares a los míos. Pese a ser mi primera carrera formal en casi 30 años, hice un papel dignísimo, manteniéndome entre los 10 primeros, llegando a estar sexto, y solo me detuvo el clima extremo, sumado a mi promesa de no ponerme en riesgo.
¿Cuántas horas promedio le dedicas a la bicicleta?
Difícil calcular, pero después de la Inca Divide, descansé un poco y entrené unos 3 meses a conciencia… Fácil 4 veces por semana, aumentando el kilometraje hasta hacer varias salidas de sobre 200 kms.
¿Podrías comentar, por favor, qué modelo y componentes tiene tu bicicleta de gravel y que usaste para el Across Andes 2019?
A la “Inca” fui con mi vieja y leal híbrida aro 26 de aluminio, y aunque no me falló, parecía una citroneta en una carrera Formula 1.
Para ésta me compré una gravel, pero parece que no tuve buen ojo. No tiene marca, es armada: marco de carbono Muovasi, componentes Shimano de gama media- baja (Tourney, Acera), ruedas Weimann, y le puse aerobarras. Los frenos eran mecánicos y no me dejaron satisfecho, tenía que tenerlos apretados para que no se me fuera en las curvas. Pero aparte de un pinchazo y un rayo cortado, el resto rindió bien, sobre todo los cambios, que eran críticos por el terreno.
¿Tuviste un plan para hacer el Across Andes 2019, podrías compartir tu táctica y finalmente comentarnos si pudiste cumplirlo, o incluso mejorarlo?
Me propuse ganar a los demás igual que como Leandro da Silva me ganó en la Inca. Mientras yo tomaba fotos, turisteaba, veía tele, respondía el mail, comía en restaurantes, Leandro pedaleaba todo el día, comía a la pasada y dormía donde lo pillaba el cansancio. Todos los días lo pasaba, pero al final me ganó. Así que imité su estrategia, que llamaría “la de la tortuga” (como la del cuento), pedaleando unas 14 horas diarias. Eso funcionó perfecto; partía 5:30 aproximadamente y paraba entre las 10 y 11 de la noche, manteniendo una intensidad pareja, nunca me sentí agotado al extremo. Me hidraté bien, pero cometí algunos errores de alimentación por andar muy apurado. En Septiembre reconocí ruta hasta Ovalle, por lo que tenía muy claro el promedio de velocidad que debía tener para llegar a destino programado.
¿Desde cuándo haces ultra distancia?
En Enero de 1984 me regalaron una rutera “Vargas”, pesada, pero rendidora. Entrené un mes y un día me fui de Santiago a Curicó y volví hasta Rancagua: Más de 300 kms en un día. Ese fue mi primera distancia XL. En cuatro ocasiones he andado más de 320 kms en un día, siempre solo. Mis cicloaventuras son en promedio de 700 a 1000 kms, en 4 a 5 días.
¿En qué aspectos de tu vida extra-deportiva, crees tú que el ultra ha moldeado nuevos horizontes?
Hasta este año, nunca anduve de noche, de hecho compré luces para la Inca. Mis cicloaventuras tienen como límite la luz natural, Eso me obliga a planificar todo en forma obsesiva, y con excepción de sólo un día (no logré llegar a Constitución), siempre llego a mi destino en el tiempo planificado, a veces al límite. En andinismo fue parecido. Eso es una lección de vida que aplico en mi vida profesional, básicamente nunca me urgo, cuando tengo un proyecto o meta fijo el objetivo y avanzo a paso lento pero seguro para lograrlo, sabiendo que no saco nada con apurarme ni desesperarme.
¿Qué esperar lograr cada vez que montas “la cleta” por un ultra fondo?
Siempre compito conmigo mismo. Ahora gracias a Strava puedo irme comparando, y trato de no ser muy inferior a mis mejores tiempos y en lo posible, hacer una nueva marca personal. Me fijo un promedio ideal, y trato de lograrlo.
¿Qué sueños están en el tintero de Rodrigo?
- Terminar mi viaje por Chile. Este verano hice de Puerto Montt a El Chaltén y debo terminar Chaltén- Ushuaia, pasando por Torres del Paine.
- Terminar una fecha de Bikingman. No iría al Inca 2020, pero sí a la fecha de Brasil.
- No sé si alcanzaré, pero completar hacia el norte de Lima a Quito.
¿Hay marcas o personas que te apoyan en tus experiencias de Ultra Distancia?
Hasta ahora nunca he pedido auspicio, tengo como pagarme estos gustos. Sin embargo, para el próximo año voy a pedir ayuda a alguna marca para mejorar los componentes de la bicicleta. Cuento con la comprensión de mi familia. Mis hijas ya son grandes, por lo que ahora puedo salir varios días sin mayor problema.
¿Qué significa la bicicleta para ti?
Esta respuesta les va a sorprender. Muchas veces me han dicho “tú eres fanático de la bicicleta”, pero de hecho no es así. Desde el 2003 al 2017 hice mis viajes en una rutera anticuada, de un aluminio pesado, cambios de palanca, componentes de gama baja. Al final no dio más y compré un Trek Emonda usada mucho más liviana. Por mis ingresos podría haber comprado una tope de línea, pero no me considero fanático de la bicicleta, como otros que gastan millones. Yo soy fanático de los DESAFÍOS, por lo que la bici es sólo un medio para hacerlos. Si algún día no pudiera pedalear, me dedicaría a nadar, o levantar pesas, o caminar rápido, o lo que sea. Yo concibo la vida proponiéndome desafíos, entrenando para ello y esforzándome al límite para lograrlo, por eso este formato de carrera es perfecto para mí.
¿Hay algo que no te hemos preguntado pero que tu corazón quiere expresar a quienes te están leyendo?
Sí, dos cosas: Nunca, ni ahora, ni en mi juventud he fumado, nunca he consumido drogas duras ni blandas (aparte del café) y nunca he bebido alcohol. En promedio, bebo una o dos copas de champaña al año, nada más. Creo que eso en algo ha influido en mi longevidad.
En septiembre de 2011 cumplí mi sueño de pedalear por los Alpes, en las cuestas míticas del Giro de Italia: el Zoncolan, Stelvio, Mortirolo, Aprica, Giau, monte Bondone, por solo mencionar algunos. Recuerdo que cuando lo hice puse en mi facebook que probablemente “sería mi último viaje”, ya que con 44 años, me parecía obvio que mi rendimiento inevitablemente iba a ir decayendo. Si un adivino me hubiera dicho que en 7-8 años más iba a estar rindiendo así, habría creído que estaba loco. En realidad, todo esto es una locura, (risas).
Este un reportaje hecho por parte o por todo el equipo de Soy Ultra. Si quieres saber más de nosotros, ingresa a “somos” en nuestro sitio.